jueves, 16 de noviembre de 2017

EN LAS MANOS DE DIOS



       En Isaías 6:8 la Biblia nos dice: “…Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí….” El llamamiento y la visión de Isaías fue diferente a otros.-
         En Lucas 23:46 la Biblia nos dice: “…Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró….”. Aquí vemos que Jesús estaba pasando el momento más difícil de su vida, vemos que tiene dos marcos, hay un marco de lo espiritual y hay un marco de la realidad (discípulos mirando al maestro clavado en la cruz), nosotros no vemos el momento previo.-
         Aquí el Señor estaba, y la gente por quien iba a morir estaban insultando, todos tenían miedo, esa era la realidad, había algo que veían, podían decir perdimos,  no veían la promesa detrás de la realidad, la verdad espiritual es El venía a salvar al mundo.-
         Cierra tus ojos a la realidad, porque hay promesa, debemos levantar la vista a las promesas de Dios, no mires la realidad material, estar en el momento espiritual.-
         Era un momento que los discípulos tenían que esconderse. No mires esa realidad, mira las promesas, léelas, cierra tus ojos, la realidad de lo que Dios quiere para nuestras vidas están en las Escrituras.-
         También tendremos que pasar por el silencio de Dios, porque el tendrá que probar nuestro corazón.-
         Aunque haya gente acechando tu vida, tenes que decir no temerá mi corazón.-
         El silencio de Dios, es como cuando te cortan el teléfono, pero la palabra de Dios dice: Estaré contigo.-
         El que cree que por ser cristiano no pasara por el río, pero hay que pasar.-
         A Josué y Caleb, los cananeos les dijeron, les vamos a matar, te vamos a quitar la cabeza, pero el Señor les dio la fe, tenemos que pasar. Si estás viviendo oposición es que la promesa esta cerca.-         
         En Isaías 40:12 la Biblia nos dice: “…¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?...”. Ahí vemos la grandeza de la mano de Dios, Jesús entendió eso por eso le dijo: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, mi esperanza está en ti, todo lo que anhelo, todo lo que pretendo alcanzar y en las manos de Dios es el lugar seguro.-
         En Salmos 31:15 la Biblia nos dice: “…En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores…”. En tus manos están mis tiempos. Nosotros estamos sujetos al tiempo, pero Dios no, para Dios todas las promesas están en el presente.-
         Si quieres una bendición mínima, tardará poco tiempo, pero si quieres una bendición para toda la vida, tardará. No hay nada que sea instantánea, pero hay un hay un secreto, decir Señor en tus manos están mis tiempos, siéntate y espera.-
         Las dudas retrasan las promesas de Dios, las dudas te paralizan, te dejan en la incertidumbre, la fe es arriesgarse a ganar, pero también es arriesgarse a perder, pero la duda te paraliza.-
         En Deuteronomio 1:2 “…Once jornadas hay desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea….”. Hay 11 días para llegar a la tierra prometida, lo único que los retraso fue la duda, hizo que tardaran 40 años.-
         En Santiago 1: 6-7 la Biblia nos dice: “…Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor...”. El que duda es como la ola del mar. Impaciencia: te quita de las manos de Dios.-
         Muchas veces logramos lo simula ser una bendición con nuestras propias fuerzas, eso va a ser un dolor de cabeza hasta el día de morir.-
         En Jeremías 5:25 la Biblia nos dice: “…Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas, y vuestros pecados apartaron de vosotros el bien….”. Nuestras iniquidades nos apartan de las promesas, debemos hacernos cargo de lo que hacemos mal.-
         Hacerlo por nuestras propias fuerzas, tenemos que reconocer que hay problemas que tenemos que cambiar.-
         No hay peor enemigo a las promesas de Dios que la resignación ¿Por qué? Porque hay algo que estamos haciendo mal.-
         No hay mejor lugar que las manos de Dios, las promesas de Dios se van a cumplir.-

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