domingo, 17 de febrero de 2019

JESUS VINO PARA PROVEER SALVACION

       Jesús vino para proveer salvación, lo que la ley no pudo proveer, para remisión de los pecados.-
         En el capítulo 12 del Génesis, vemos que Abraham obedeció a Dios e hizo lo que Dios le dijo.-
         Así también en Hebreos 11 vemos a los héroes de la fe y que su fe les fue contado por justicia. La obediencia y la fe hacen que Dios te cuente como su hijo y te de su gracia y te cuenta por justo.-
         Debemos siempre buscar la voluntad de Dios. En Hebreos 9: 23-28 leemos: “…Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan….”.-
         Dios nos llevará a vivir de gloria en gloria y de victoria en victoria, nosotros debemos ejercer la autoridad, el poder que Dios nos dio.-
         Dios le dijo a Abraham: Al que te bendijere, yo también bendeciré y al que te maldijere yo también maldeciré.-
         Debemos aceptar la obra de Jesús. Debemos creer que somos libres. En Lucas 3:21 – 22 dice la palabra de Dios: “…Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia….”. Una vez que fuiste probado en la fe, viene el diablo y sí vences, el Espíritu Santo viene a darte poder.-
         Debemos pedir a Dios, serenidad, poder y sabiduría para cambiar.-

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