miércoles, 13 de junio de 2018

LIDERAZGO CON UNCION



         En Isaías 66:1-2 la palabra de Dios dice: “…Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo? Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra…”.-
         Si hoy seguimos al Señor, es porque El nos tocó. Se deben de levantar líderes con unción.-
         Primero: Necesitamos andar en quebrantamiento, cuando uno está quebrantado, no está lleno de arrogancia, que es de los pecados que más difícil es que nos demos cuenta.-
         El orgullo es como el mal aliento, parece que nosotros  no nos damos cuenta que lo tenemos, el orgullo viene cuando uno piensa que es uno el que produce las cosas. Dios quiere que nos volvamos a El. Es cuando oramos y le decimos nuestras cosas cuando ocurren porque Dios está contigo. Es importante depender de Dios.-
         En Isaías 57:15 leemos: “…Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados….”. Para vivificar el corazón quebrantado.-
         Tenemos que entregar todo, es necesario que muramos, así no nos va a importar el qué dirán. ¿Cuándo le buscas?: Cuando te humillas delante de El y le hablas.-
         Te entrego mis finanzas, etc.. Muchas veces tú lo buscas, pero otras veces El té quiebra, rompe el vaso, cuando viene eso, no tienes más de dónde agarrarte, todo aquello en lo cual nos apoyamos.-
         A veces uno dice, yo no me apoyo, pero si lo haces. Nunca conocerás a Dios tan bien como cuando viene el quebrantamiento, y El viene y te sella, y ese tiempo de quebrantamiento te marca.-
         El quiere quitar eso de ti, para que El ponga más de El. Allí tienes la opción 1.- Buscar de todo tu corazón a Dios. 2.- Darle la espalda. Lo mejor que podemos decir es que tengamos un espíritu quebrantado.-
         Segundo: Darle el lugar que merece la Palabra de Dios, temblar o respeto por el que El me dice, lo que El habla El va a cumplir. La Biblia es la Palabra de Dios. Nunca los libros de liderazgo van a ocupar el lugar de la Biblia. La Biblia tiene que ocupar el lugar prioritario. La Biblia no es para unos cuantos. Eso es una mentira del diablo. Puede que no te acuerdes de lo que lees, pero te alimentó.-
         Dice la Palabra de Dios que es el Espíritu Santo el que nos recordará todas las cosas que dijo Jesús. Esa Palabra es la que va a vivificarnos. Nosotros necesitamos recibir ese alimento. Independientemente a las charlas que tengo que dar, tenes que recibir. Siempre vas a tener algo que decir.-
         Leamos primero la Palabra de Dios y dejemos que Dios nos hable. Tú vas a ver el poder de Dios en tu vida. Esa es la unción. A El le interesa ver tu vida transformada para que a través de tu vida otros cambien.-
         En el Salmo 27:4 leemos: “…Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo…”.-
         Tercero: Tenemos que mantener la comunión con Dios. Siempre sus puertas están abiertas. Si no puedes dormir, seguro que el Espíritu Santo quiere que ores, entonces ora, esa puerta nunca se te va a cerrar.-
         Cuando más debemos ir delante de Dios es cuando uno falla, dile yo no quiero perder el gozo de tu salvación. El te devuelve el gozo, la alegría.-
         Lo que más el enemigo usa es la culpa y el Señor te dice, toda esa culpa yo ya la pagué.-
         Cuando vas a la presencia del Señor, El te da confianza.-
         Dios quiere que tú te levantes, más oración, más poder. Cuando le buscas a Dios El te va a responder.-
         Cuarto: Hechos 5:32 dice: “…Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen…”. Obediencia: Donde tú te sometas  a Dios, no busques con salirte con la tuya. Yo quiero hacer exactamente lo que me digas Señor, esa obediencia debe ser inmediata, instantáneamente, así me cueste, voy a hacer lo que me pides. No es fácil, pero no te de miedo obedecerle a Dios.-

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