La Biblia es
para cumplirla y allí encontramos nuestro verdadero propósito. La palabra de
Dios es lo que hace que la persona se convierta.-
Dios empieza a
ejecutar su voluntad a través de nosotros.-
¿Cómo
Dios revela su voluntad?: Hebreos 1:1-2 dice: “…Dios, habiendo hablado muchas
veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en
estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de
todo, y por quien asimismo hizo el universo;…”. Dios habla muchas veces
y de diferentes maneras. Hay un problema con nosotros, nosotros fuimos creados
a imagen y semejanza de Dios, entonces nosotros nos hacemos independientes de
Dios. Nos convertimos en nuestros propios dioses y eso nos sirve solo para esta
vida.-
Dios
en los postreros tiempos habló por su Hijo, y ahora Dios habla a través de sus
hijos. Debemos llevar las buenas noticias.-
El
problema es que nosotros no sabemos cómo relacionarnos con Dios, queremos
hacerlo religiosamente y con El tenemos que relacionarnos amorosamente.-
En
Ezequiel 16: 1-14 leemos: “…Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo
de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones, y di: Así ha dicho Jehová el
Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu
padre fue amorreo, y tu madre hetea. Y en cuanto a tu nacimiento, el día que
naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte,
ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. No hubo ojo que se
compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino
que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el
día que naciste. Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando
estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus
sangres: ¡Vive!. Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te
hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y
tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta. Y pasé yo otra vez
junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí
mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto
contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía. Te lavé con agua, y lavé tus
sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; y te vestí de bordado, te calcé
de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. Te atavié con adornos, y puse
brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. Puse joyas en tu nariz, y
zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. Así fuiste
adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado;
comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo,
prosperaste hasta llegar a reinar. Y salió tu renombre entre las naciones a
causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse
sobre ti, dice Jehová el Señor…”. Así se relaciona Dios con la
Iglesia.-
En Ezequiel
16:49 la Biblia dice: “…He aquí que esta fue la maldad de Sodoma
tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella
y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso…”.
Debemos leer el Capítulo 16 para ver la
soberbia del hombre.-
En
Efesios 5:1 la palabra de Dios dice: “…Sed, pues, imitadores de Dios como hijos
amados…”. ¿Cómo traemos la voluntad de Dios a nuestra vida?: Rompe tus
limitaciones, quiebra los paradigmas.-
En
Lucas 18:1 leemos: “…También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar
siempre, y no desmayar,…”. La oración es una necesidad. Con la oración
despertamos la voluntad de Dios.-
Orar
es Josué 1:8: “…Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y
de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien…”.
Para cada situación proclama la palabra de Dios sobre tu vida.-
En
Isaías 55:11 dice: “…así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino
que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié…”.
Así será mi palabra que sale de mi boca. Lo que vos decís, así será.-
Toda
palabra que sale de tu boca, no vuelve a vos vacía.-
Tenemos
que pensar en cosas grandes. Tenemos que hablar bien a nuestra familia, a nuestro
país.-
Lo
que hace la palabra de Dios: Isaías 55:12-13 dice: “…Porque con alegría saldréis, y
con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de
vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso. En lugar de
la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a
Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída…”. Proclama
palabra sobre tus hijos.-
¿Cómo
consigo que esto sea realidad?: La voluntad de Dios no se va a hacer en forma
automática, se requiere de fe. Lucas 18:8 dice: “…Os digo que pronto les hará
justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?...”.-
En
Lucas 18: 1-7 dice: “…También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar
siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a
Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual
venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún
tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo
respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia,
no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo
que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que
claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?…”. Lo que estamos
pidiendo debemos regar con oración.-
Tampoco
tenemos que ser como el fariseo. Debemos humillarnos delante de Dios. Al que se
humilla Dios le exalta.-
Debemos
acercarnos como niños, no le cuestionemos a Dios. Tenemos que ser como niños.-
No
tenemos que ser como el rico, no pongas tu confianza en las riquezas.-
Tenemos
que entender lo que pasó en la Cruz. Todo lo que está escrito se va a cumplir.-
En
Hebreos 9:12-14 leemos: “…y no por sangre de machos cabríos ni de
becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo,
habiendo obtenido eterna redención. Porque si la sangre de los toros y de los
machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican
para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual
mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará
vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?...”.
Todos tenemos que entrar en la presencia de Dios. Este es el nuevo camino.-
En
Hebreos 4:16 la palabra de Dios dice: “…Acerquémonos, pues, confiadamente al trono
de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro…”. Para hallar gracia para el oportuno socorro, acerquémonos a
Jesús. No desmayes porque hay oposición, la Iglesia no tiene que entregarse.-
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